Muchos de los miles de periodistas, que se encuentran en Pekín, han informado ya a su auditorio nacional, que el gobierno anfitrión ha fracasado al no cumplir las promesas hechas solemnemente cuando ganó los Juegos en el 2001. Muchos medios independientes ya han aclarado también en sus países que el gobierno de Hu-Wen está violando ambos la Carta Olímpica y los valores esenciales del movimiento olímpico moderno.
Muchos líderes del mundo señalaron que no asistirán a la Ceremonia de apertura en Pekín.
La semana pasada, medios independientes del mundo estaban llenos de reportajes, no acerca de los pandas, sino de las promesas hechas para que se le concedieran los Juegos. Estas incluían un compromiso específico de "completa libertad" de información a los Medios del globo. En su presentación final para obtener los Juegos, el alcalde de Pekín y presidente del Comité de Licitación, Liu Qi, proclamó que ganar las Olimpiadas podría "además beneficiar en el mejoramiento de nuestros derechos humanos."
Los líderes del mundo, ahora en Pekín, deberían insistir en que el partido-estado debe respetar los compromisos contraídos con el Comité Olímpico Internacional. Deberían pedir la liberación de los periodistas chinos presos, los prisioneros de Tiananmen que aún quedan, aquellos encarcelados por criticar pacíficamente las Olimpiadas y que se ponga fin a la persecución-Nazi de la comunidad de Falun Gong. El COI debería hablar claro en contra de los abusos que violan el espíritu olímpico y la epístola de la Carta Olímpica que trata del "respeto a los principios éticos fundamentales universales" y al movimiento olímpico en general. Los patrocinadores corporativos que son quienes realmente pagan por la mayor parte de los Juegos, deben encontrar también una manera más eficaz de comunicar lo que preocupa a sus clientes de todo el mundo. El silencio puede significar aquiescencia en los abusos a la dignidad humana.
Desafortunadamente para el partido-estado de Pekín, la miríada de periodistas extranjeros ahora sabe que los derechos humanos en China- entremezclados con los más sistemáticamente violados-se han deteriorado aún más en el último año. Líderes de derechos humanos han sido encarcelados, abogados como Gao Zhisheng (www.david-kilgour.com), considerando casos delicados (como los manifestantes tibetanos o Falun Gong) amenazados y agredidos, residentes respetuosos de la ley obligados a abandonar Pekín, y periodistas (nacionales y extranjeros) hostigados y detenidos.
Entre las muchas violaciones a la Carta Olímpica y afrentas a los valores fundamentales del movimiento olímpico cometidas por el gobierno chino, incluso antes de la inauguración de los Juegos, se encuentran las siguientes:
Todas estas instancias de gobierno totalitario deben cesar inmediatamente para que sean unos Juegos exitosos. El presidente Hu pidió al mundo la semana pasada no politizarlos, pero su partido-estado los ha manipulado en un intento de legitimar el gobierno de un solo partido dentro y fuera del país, prácticamente desde el día que el COI le otorgó los Juegos a China.
Lo que el pueblo chino ha logrado con extraordinaria resistencia merece todo el respeto del mundo. A menos que el gobierno de Hu-Wen se mueva rápidamente en una serie de áreas, los juegos de Pekín, con muy buenas razones, deberían ser comparados en su mayor parte con los Juegos del verano de 1936, en Berlín.
Gracias